El 22 de julio de 1932, reunidos en uno de los salones de la Unión Industrial Argentina, un grupo de hombres de empresas vislumbraron la oportunidad de lanzar un llamamiento a los industriales textiles del país para agruparse en una Entidad que tuviera por finalidad:

― “Defender los intereses de la industria textil, fomentar su desarrollo y perfeccionamiento, representar a sus asociados, promover el bienestar de los mismos y prestigiar el mejoramiento económico y moral de la clase obrera ocupada por la manufactura textil del país”

― Como corolario de ello nació la Confederación de Industrias textiles, Argentinas Entidad que vino a cubrir la imperiosa necesidad de aglutinar en una organización las fuerzas empresarias de la industria textil argentina.

― Como fiel reflejo de la importancia que la industria iba adquiriendo, se formaron distintas Cámaras que se aglutinaron en la Confederación que comprendieron que el imperativo de la hora era aglutinar esfuerzos por intermedio de un organismo representativo que armonizara intereses y actividades dirigidos al bien común.

― Para afirmar la representación gremial empresaria se dispuso realizar los trámites necesarios para la obtención de la personería jurídica, hecho que se produjo el mes de noviembre de 1948 a través del Decreto Nro. 36.628, denominándose desde entonces hasta nuestros días como FEDERACIÓN DE INDUSTRIAS TEXTILES ARGENTINAS.

A partir de ese momento la Federación ha venido pregonado, como rectora de los intereses de la industria textil argentina, el desarrollo del bien común para una industria grande y una nación próspera, como rezó siempre el lema de la Entidad de alto ideal constructivo y democrático, dejando en claro los mismos en todos los ámbitos nacionales e internacionales que le tocó participar.